¿QUIEN TIENE EL CONTROL?
Por naturaleza, todos tenemos el deseo de controlar nuestro mundo. Desde que somos bebitos nos volvemos a nuestra propia manera independiente, tratando de controlar las circunstancias, el futuro, la gente y hasta a Dios si pudiéramos. Como no podemos, terminamos frustrados, hostiles y críticos.
Nuestra necesidad de tener el control está arraigada en un amor propio excesivo. Por ejemplo, cuando a la gente que amamos se enferma, a menudo queremos que se pongan bien para poder descansar y no tener que preocuparnos por ellos " en resumidas cuentas - dijo una vez un maestro bíblico-- estamos locamente enamorados de nosotros mismos".
En el libro de Romanos 8, el apóstol Pablo se refería a este egocentrismo como " la carne" . Por naturaleza vivimos como si debiéramos obediencia a la carne. Pablo nos recuerda en el versículo 12 que no es así. Luego ofreció una alternativa efectiva: podemos ser guiados y controlados por el Espíritu de Dios (v.14). Puede que temamos darle a Dios el control de nuestras vidas, pero no hay nada que temer. El control humano nos encadena; el control de Dios nos dá libertad. El control humano insiste en obtener resultados inmediatos; el control de Dios permite un proceso de cambio que dura toda la vida.
¿Estás " locamente enamorado ".. de ti? ¿ Por qué no le das el control de tu vida a Dios? Pídele que te cambie y que te ayude a amarlo e El y a los demás.
LA VERDADERA LIBERTAD ES ESTAR CONTROLADO POR CRISTO
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